LA
TRANSEXUALIDAD
MASCULINA
Sexo,
género y sexualidad:
Por
sexo
entendernos
todos aquellos
caracteres
físicos y biológicos,
incluidos nuestras
gónadas y nuestros
genitales,
y por el
que pasamos a ser hombres o mujeres según sean estos unos u otros (sexo
de
asignación). Hay varios tipos de sexo, el cromosómico, gonadal, genital, psíquico
y
social. Normalmente todos ellos coinciden, y entonces se adopta el rol sexual
esperado. Si el psíquico
no
concuerda con los restantes, hablamos de una discordancia con el rol
presumiblemente esperado y se adopta una identidad
de género distinta
En
principio,
el
sexo y el género no conllevan a un determinado
tipo de
sexualidad
(en
su globalidad) ni a una determinada orientación sexual. Así, la orientación
sexual es
la atracción física hacia
una
persona por
razón
de su sexo (que puede ser heterosexual o homosexual, básicamente), mientras que
la identidad
sexual es
el rol que adopta socialmente uno mismo, sea éste
el
esperado o no por
razón de su
sexo asignado. Por tanto, no hay
que
confundir la transexualidad con
la
homosexualidad ni
con
el
travestismo, pues en ellos intervienen diferentes factores de los que resultan
comportamientos diferentes, y en ningún caso
no patológicos en
sí mismos.
La
homosexualidad
implica
relaciones
afectivas y/o sexuales entre personas del mismo sexo, es decir, entre dos
hombres (gays) o entre dos mujeres (lesbianas). El homosexual se siente a gusto
con su propio sexo (biológico) y con todos sus caracteres primarios y
secundarios, es decir, no experimenta ningún rechazo
hacia
su morfología sexual (genitales,...). Por tanto, solo se diferencia del
heterosexual
por
su
orientación sexual.
El
Travesti
es
aquella persona que se viste
con
ropas del
otro
sexo para satisfacer un deseo erótico-fetichista, pero de ninguna manera
desea
un cambio real de sexo, ya que se siente plenamente identificado con el sexo de
nacimiento.
Dado
que la identidad
sexual y
la orientación
sexual son
dos conceptos
distintos, no excluyentes entre sí, los transexuales pueden ser
homosexuales,
heterosexuales, bisexuales o asexuales (al igual que
el
resto de la población). Así,
hay transhomosexuales
o transheterosexuales, siendo un transhomosexual aquél
o
aquella que tras un cambio de sexo, mantiene una relación con una persona
del
mismo sexo social al cual o ella pertenece ya en la actualidad.
Sinónimos:
Transexualidad
=
Disfória
de Género
=
Trastorno
de la Identidad Sexual —
Trastorno
de la Identidad
de Género (TIG) =
Trastorno
de la Identidad Sexual de Género =
Gender
Identity
Disorder
(GID)
Definición:
El
término
transexualidad
fue citado por
primera
vez por
Hary
Benjamin en 1953, quién
matizó
la definición, ya ofrecida antes por Cauldwell.
La
transexualidad
es
el deseo irreversible de pertenecer
al
sexo contrario al genéticamente establecido (o sea, al de nacimiento,
ratificado por
sus
genitales) y asumir el correspondiente rol (el contrario del
esperado),
y de recurrir si es necesario a un tratamiento hormonal y quirúrgico encaminado
a corregir
esta
discordancia entre la mente y el cuerpo.
La
transexualidad no es una elección. Por tanto, se nace transexual. Aunque no se
conoce el origen de este trastorno,
existen
básicamente dos teorías al respecto, aunque
es
probable que sea
el
resultado de múltiples factores. La teoría psicológica sostiene que en algún
momento de la vida del transexual (especialmente en los primeros años de vida),
se produce un trauma y, por tanto, cree
que
la afloración de este trauma a la superficie debería curar al transexual. Actualmente
y
tras intentos fallidos de curaciones de transexuales está siendo relegada por
la teoría biológica, que por
el
contrario,
se
basa en la existencia de diferencias biológicas entre los transexuales respecto
de los demás individuos. Últimamente, presta mucha atención a los baños
de
hormonas durante el desarrollo prenatal y su posterior influencia en el
desarrollo de la identidad del
individuo,
y considera
que
el tratamiento más viable es la terapia
hormonal
y la intervención quirúrgica.
REASIGNACIÓN
QUIRÚRGICA DE SEXO.
Femenino
a Masculino.
La
reasignación quirúrgica del nueva sexo es el proceso final del tratamiento médico-quirúrgico
del Trastorno de la Identidad sexual. Con ello se quiere decir que previamente a
una intervención quirúrgica en a que se pretenda amputar unos árganos y
reconstruir otros hay que haber “cubierto” ciertas etapas indispensables:
1.-
Valoración Psicológica en profundidad. Psicoterapia.
2.-
Harmonización. Tratamiento y control del tratamiento hormonal.
3.-
Completar un período mínimo de 18 meses viviendo con el nuevo rol
4.-
Revaloración Psicológica. Asesoramiento médico-legal.
5.-
Intervención quirúrgica.
El
proceso quirúrgico para completar una reasignación de sexo masculino puede
conllevar múltiples intervenciones, dependiendo especialmente del procedimiento
escogido para la reconstrucción del pene y de otros tratamientos quirúrgicos
encaminados a destacar mas la morfología masculina. Básicamente hay dos fases:
1a•~
Fase:
En
ella intervienen por un lado un Ginecólogo experto en técnicas endoscópicas y
un Cirujano Plástico con experiencia en este tipo de intervenciones. Se realiza
conjuntamente y b.~jo Anestesia General, la Histerectomía-anexectomía
(extirpación de Utero, ovarios y anexos), por vía endoscápica (sin necesidad
de realizar grandes incisiones en el abdomen o en la vagina). En el mismo tiempo
quirúrgico se realiza la mastectomía (amputación de las mamas) cuyas
cicatrices resultantes pueden ser prácticamente invisibles si las mamas eran
pequeñas o muy visibles si las mamas eran grandes.
Fase:
El
número de intervenciones que se han de realizar en esta fase para realizar la
reconstrucción de los genitales externos depende especialmente de las características
del pene que se intente conseguir y de las características personales de cada
paciente.
Básicamente
hay que escoger entre dos tipos de procedimientos en base a que lo que se desee
sea un tipo de pene u otro.
a)
Pene eréctil,
con toda la capacidad para el orgasmo conservada, pero de pequeño tamaño.
Mediante
una compleja técnica llamada Metaidoioplastia, es posible conseguir en una sola
intervención la reconstrucción de un neo-pene a partir del clítoris original.
Este clitoris se atarga mediante unas técnicas quirúrgicas determinadas,
conservando toda la inervación y su poder erógeno, con la capacidad orgásmica
original y con capacidad eréctil. Además se realiza una reconstrucción
uretral que permite llevar la uretra hasta el nuevo glande permitiendo orinar en
bipedestación (de pié).1
En
ocasiones es posible realizar también en el mismo tiempo, la reconstrucción de
los testículos mediante unas prótesis. La limitación de esta técnica está
en el tamaño del pene que va a depender del tamaño original del clítoris tras
el tratamiento hormonal, y de la cantidad de piel y tejido subcutáneo que pueda
liberarse. Es decir que el resultado, en cuanto a tamaño se refiere y por bueno
que sea, siempre será el de un pene pequeño que puede variar en posición de
reposo (sin erección) entre la mitad de un dedo meñique o en el mejor de los
casos el tamaño de un dedo pulgar.
b)
Pene de tamaño normal pero con Iimitaciones fisiológicas.
Reconstruir
un pene de unas dimensiones determinadas (longitud : de 12 a 18 cm. y diámetro
: 3-4 cm.) requiere de varias intervenciones y presenta por otro lado varios
inconvenientes. La primera intervención necesaria es la Transposición
uretral que consiste en reconstruir una uretra que se coloque por encima de la
posición del clítoris para poder luego anastomosarse al nuevo pene.
En
esta misma intervención se colocan las prótesis testiculares. La segunda
intervención (al cabo de 6 meses) consiste en la colocación de un expansor
(bolsa hinchable para “crear” piel que se coloca debajo de la zona de donde
se va a sacar el tejido para reconstruir el pene). A veces esta 2a
operación no es necesaria. La tercera Intervención (al cabo de 6
meses de la 20) es en la que realmente se procede a reconstruir el nuevo pene y
a llevado ya a su posición “normal” suturando los nervios del nuevo pene a
uno de los nervios del clítoris. El pene así reconstruido es de buen tamaño y
permite orinar en bipedestación pero NO es sensible, NO es eréctil y NO
produce por si solo orgasmos, además suele dejar importantes cicatrices
visibles y extensas en el área de donde se saca el tejido para la reconstrucción.
Al cabo de unos 2 años el nuevo pene puede ser ya completamente sensible y erógeno,
por lo que se puede realizar la cuarta intervención que consiste en
la colocación de unos implantes protésicos para conseguir la rigidez del pene
e imitar la erección.
Todo
este tipo de cirugías esta sometido a unos riesgos generalmente mínimos pero
siempre posibles cuando se somete uno a intervenciones quirúrgicas bajo
anestesia local o general, además hay que valorar las posibles complicaciones
que independientemente de la excelencia con que se realicen las intervenciones,
pueden aparecer. El éxito de una reasignación quirúrgica de sexo depende
finalmente en que todos los tratamientos previos con el Psiquiatra y el Endocrinólogo
se hallan llevado a término de la manera correcta en los espacios de tiempo
necesarios.
Dr.
Alberto Musolas Juncosa
Cirugía
Plástica, Reparadora y Estética
Clínica
Ntra. Sra. del Pilar
C.Balmes
271, Barcelona. Tel. 932370044.
(
Agradec. al Doctor Bataller por esta información )
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