En la madrugada del 28 de junio de 1969 algunos policías entraron al bar Stonewall, en el barrio Greenwich Village de Nueva York. Sus intenciones eran entregar una sanción judicial a la taberna acusándolos de servir licor sin licencia. Una vez más habían encontrado una excusa para molestar a ese como a tantos otros bares de “pervertidos”, según ellos.

Pero esa vez algo más había pasado y pasaría… hacía muy poquito que muriera Judy Garland… y parece que esta vez los parroquianos que concurrían a este bar, muchos travestís entre ellos, no estaban tan mansitos como siempre…

Varias personas se empezaron a agrupar en la puerta del bar, junto con quienes habían podido salir. Cuentan que una lesbiana se resistió a un arresto, y que la multitud que se había empezado a juntar, le tiraba monedas a la policía. La mayoría de los asistentes al local pudieron salir… La policía, no. Alguien tiró una antorcha encendida adentro de la taberna y comenzó un fuego.

La policía pidió refuerzos. Para cuando llegaron los refuerzos, la revuelta se había difundido…

Algunos travestís formando una línea de coro avanzaban sobre la policía… a patada de baile limpia!

La revuelta continuó toda la noche y el resto del fin de semana.

A pesar de que ahora se entiende a la revuelta de Stonewall como un mojón, muchos contemporáneos coinciden en decir que fue muy perturbador. Hubo gran violencia y desorden.

Así y todo, tuvieron que pasar varios años hasta que se tomó a Stonewall como lo que había sido: un verdadero hito en la lucha por los derechos GLTTB. En pocos meses, después de la revuelta, se formaron varios grupos de liberación gay a través de todo Estados Unidos.

Las marchas conmemorando a Stonewall empezaron un año después de la revuelta: En 1970. Allí se dio origen a las celebraciones por el ORGULLO GAY.

Carla Antonelli Page transexual sección noticias