"Los cerebros de los delfines modernos son significativamente más grandes que el nuestro y proporcionalmente al tamaño de su cuerpo es el segundo en masa cerebral".
Una destacada experta en neuroanatomía de delfines y ballenas, Lori Marino, tomará parte de un grupo de discusión sobre estos resultados y sus implicaciones éticas y políticas.
Algunas características de los cerebros de los delfines presentan correlación con una inteligencia compleja, dice ella, incluyendo una gran extensión de volumen del neocórtex, que es más complicado que el nuestro, con extensas regiones insulares y cinguladas y regiones celulares muy diferenciadas.
"Los delfines son sofisticados, conscientes de sí mismos, muy inteligentes y con las personalidades individuales, autonomía y vida interior. Son vulnerables al sufrimiento y el trauma psicológico", destaca Marino.
Hay una industria en pleno crecimiento, que captura y confina a los delfines para llevarlos a los parques marinos, o para nadar con los turistas, que debería ser reconsiderada, señala ella.
"Con nuestros conocimientos actuales de la complejidad del cerebro de los delfines y de su inteligencia", sugiere Marino, "estas prácticas son psicológicamente perjudiciales para los delfines y presentan una imagen deformada de sus capacidades intelectuales naturales".
Marino trabajó en un estudio en 2001, que demostraba que los delfines podían reconocerse en un espejo, un hallazgo que indica una auto-conciencia similar a la observada en los primates superiores y los elefantes.
Lori Marino es neurocientífica de la Universidad de Emory, y habló sobre la base anatómica de la inteligencia de los delfines en una conferencia en la American Association for the Advancement of Science (AAAS) en San Diego, el 21 de febrero de 2010.