Somos luz que se acerca cansada
en su ocaso su paz a encontrar
y lo hacemos con ímpetu grande
porque somos la esencia vital.
Vamos dándole años felices
a este cuerpo que anduvo tenaz
se nutrió de alegrías y penas
en la dura misión de servir.
Somos llama olímpica altiva
para ejemplo de la juventud
como el faro que alumbra brillante
guiaremos a los que vendrán.
Y si un día Dios lo dispone
tras el sueño, y...no despertar
los rayitos de sol de la aurora
traerán nuestro aliento hasta aquí.
Cuando al fin nuestra efímera vida
se acerque a la eterna gran luz,
dejaremos la nuestra encendida
como lámpara de eternidad.
Te quiero mamá.