Amado mío:
mi ilusión, mi inspiración, mi sanación...
No cabe más dicha en mi alma, llena está de ti, sembrada con tus perennes y preciosas semillas de amor.
Nunca he sentido ni vivido tal experiencia en mi ser, es algo inédito y maravilloso, la belleza y pureza misma bautizadas con tu nombre, alimentadas con ese aliento con que haces girar mi vida. Sólo sé y te digo que me deshago en suspiros por amanecer a tu lado y brindar la noche a tus ojos para que las estrellas me ayuden a saciar tus sueños, y el cielo nos cobije con toda su gracia para que nada de este mundo nos hiera ni perturbe.
Ocupas plena y permanentemente mi pensamiento, me pregunto qué harás ahora o después, si estarás bien, qué rondará por tu cabeza...
Quisiera ir disuelta en tu sangre como barca que cruza tus paisajes interiores y donarte mi vida porque seres como tú hacen grande, bello, único y especial este mundo.
Nadie que jamás haya conocido con anterioridad tiene su alma más embellecida y elaborada, NADIE.
Eres el regalo más precioso y preciado que la vida me ha hecho; debo rendirla pleitesía eternamente y entonar un GRACIAS tan profundo y sincero que la propia vida se conmueva.
Tú me conmueves, me enterneces, unges mis momentos de la felicidad más extasiante y extraordinaria.
Más allá de ti se acaba el mundo, se agosta la naturaleza, se extingue el universo...
Más allá de la luz que emites y me envías sólo hay oscuridad, vacío, destierro, soledad...
Tú eres el centro de mis emociones y pretensiones y sólo deseo dedicar mi vida íntegramente a ti, a ver tu sonrisa relucir, tu corazón latir ahíto de felicidad.
Lo demás es secundario o directamente superfluo.
Pregunto al cielo emocionada, ¿qué habré hecho o quién seré yo para conocer el rostro auténtico de la fortuna y felicidad?
Eres la mismísima encarnación del amor.
Tú lo inventas y sustentas.
Gracias, gracias… Gracias vida de mi vida por esa estrella que has pintado en mi cielo.
Ese lucero que nos guía sin miedo a perdernos el uno del otro, abriendo a la par el camino hacia la realización y degustación de nuestros mutuos anhelos.
De un ser tan precioso sólo pueden emerger palabras y gestos colmados de belleza, repletos de intensidad y emoción.
Mi riqueza y grandeza eres tú, no deseo nada material más que el cobijo de tus brazos y el consuelo de tus besos.
No temas por nada vida mía, me entregas mucho más de lo que hubiera imaginado nunca ni pensara merecer.
Pero yo estaré a tu lado siempre y en todo momento para que ni un sólo nubarrón oscurezca nuestro cielo, para que cada día que comencemos juntos sea una fiesta que celebrar agradecidos y entregados.
Me muero de ganas de hacerte feliz, por intentarlo al menos amor mío.
Tanto amor retenido y callado se desborda y te busca y te nombra y te honra.
¿Cómo voy a dormir si mi sueño eres tú?
¿Cómo voy a vivir sin el valor y vigor que tú otorgas a mi vida?
Esta meta de dicha y amor que nos hemos propuesto hemos de cumplirla y sobrepasarla con creces.
No voy a poner una cifra a mis besos porque son tantos para ti que siempre me quedaré corta y deseosa de darte mucho más.
Por vivir sin ti,
amar es morir.
¡TEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!