VIA CRUCIS (MI CRUZ)

[Lestat]

Me pregunto como es la felicidad y a qué sabe, también el porqué de que yo no la encuentre en mí vagar. Tengo la mirada de un niño perdido, tengo el miedo tatuado en mi piel y el aroma a tristeza por culpa de mis lágrimas. La amargura siempre ciñéndose a mi alma como un corsé, esta deja en mí cuerpo unos surcos de agonía que me fustiga. En mis manos temblorosas la tinta de esta carta manuscrita con destinatario el cielo. Soy el creador de un lamento callado, el hombre que jamás comulgó frente a su padre, ahora pido explicaciones como herencia ante la fragilidad de su salud y próxima muerte.

Sé que agoniza, que fenece entre libros apolillados en áticos olvidados, que solloza al ver sus vírgenes mancilladas por la riqueza, que se siente hundido por su creación más imperfecta tan semejante a él como un reflejo cruel. Él quiso crear hijos que se parecieran a él, Gabriel le susurró al oído que su obra jamás sería perfecta. Dios lloró por ello amargas lágrimas, creó hijos que lo llamaron por mil nombres para juzgar al resto o formular guerras en su nombre. Poco a poco Dios contempló el amor, creyó que sería un bello sentimiento e impregnó a todos por igual con el don de desear y complacer. De ahí otra guerra contra el amor surgió llamando antinatural al beso de dos hombres. Ahora muere y sabe bien que tuvo la culpa de todo, sabe que jamás debió crearnos.

Me dotó de alma, me dotó de amor, me dotó de belleza, me dotó con un don de la confidencia mas no me dotó con un cuerpo al que coincidir con mi mentalidad. Me contemplo en el reflejo extraño de un espejo, parezco un hombre atractivo. Sin embargo en mi identificación soy una mujer buscando remedio a su cuerpo manobrado. Sé que Dios no tiene la culpa, que él tan sólo creo al mundo y al ver que todo se derrumbaba sé fue a jugar a olvidar. Mas sin embargo le pido clemencia y explicaciones a mi dolencia. Nací mujer mas mi alma es de hombre… ¿será a esto a lo que llamamos ángeles?...

Los insultos desde infante, los golpes, las humillaciones constantes, los amores olvidados por siempre. El dolo de mi pasado reciente me quema el alma con colillas humeantes de palabras hirientes. He luchado por mis derechos, he sentido brotar de mis labios mi sangre mientras las lágrimas me impedían ver el camino. Por ello esto es un vía crucis, siento cada clavo con cada mirada de ignorantes.

Mi pareja en la cama soñando con que algún día todo esto acabe, mi humor es el lecho de un difunto. Mas sabe que mi romanticismo la cobija, mis caricias entre las sabanas, sus labios son saciados con mi clamor, aunque sabe que no siento nada en realidad. Ella es feliz, mientras su familia me detesta y me señala como un monstruo. No puedo tenerles odio, yo mismo me llamo monstruo ante las fotografía de pequeño.

“las niñas juegan al corro, las cocinitas y a la comba…tú juegas a los indios, a los ladrones y a la pelota. ¿Pequeña mía has roto todas las muñecas? ¿Dime qué te sucede con tus faldas? ¿Por qué te cortaste las trenzas?...mi pequeña…mi niña”

“madre…jamás me huiste…sabías bien que era un hombre desde que nací”

Mi objetivo ser padre, sobrevivir a este mundo de locos, tener mi cuerpo el cual me prohibieron desde el primer segundo. Amaré a mi manera y soñaré con ser aceptado por mi mismo…antes que por la sociedad.

[Muéstrate como Madre amorosísima para él que es el "Dulce Cristo en la tierra".Y ofrécele siempre tu consuelo. Así sea]