9 de Junio de 2005.("Ivy").
Cuerpo sin rostro
"Otro día más, me levanto de la cama y veo mi esencia en el espejo que no tiene rostro, pero si observo el cabello largo que cae por los hombros..."
"Déjame acariciar tus miedos y transformarlos en ilusiones..." Esas bellas palabras que me dice mi otro yo, que me ayuda, que me apoya y...que me ama.
Son palabras tan pesadas que resultan inamovibles por los huracanes.
Es triste verse en un espejo y no reconocerse, quizás sea más triste que se vea difuminando la silueta en los días grises, "de bajones" ´como dirían otras personas.
Otros días la silueta es marcada y aparecen ligeros cambios en las caderas.
Hormonas.
En la lucha del día a día, veo mi alma desplazada de mi cuerpo que rehuye del mismo. Con movimientos paralelos la veo a poca distancia de mi e incluso mi sombra la acompaña...
Y ese horrible apendice que quiero se esfume... que se vaya...
La sutileza de las manos en esa lucha diaria incluso se ven adornadas de falsos sentimientos cuando luchan ya que no van dominadas por su alma sino por la hipocresía del cuerpo.
Uñas largas escondidas en momentos. Suavidad de las mismas escondidas por un saludo sin tacto.
Nuestro mejor amigo, el tiempo, va definiendo el rostro que se ve reflejado en el espejo. Va acompasando los pasos del alma con el cuerpo.
El huesped, quedará ahí hasta que lo diga la economía...
Los tacones dolorosos complementan la sombra con la silueta. Pero reafirman nuestro propio yo.
El tiempo se extiende a través de nuestro ansiado sueño pero la distancia entre dos puntos más corta, ha sido la recta melancólica pero segura.
Esta reflexión, os lo dedico a tod@s.
Un saludo.