Un dia, él y yo paseabamos por el parque, de noche, dos horas despues escribí...
¡ME ENCANTAN LOS PARQUES!
Me encantan los parques. Sentarme en la orilla de la sombra de un árbol a perseguir la inspiración, en sus revoloteos me recordó que ella es sólo un esbirro de mi patriarca Poesía. - No pierdas tu tiempo, mi Ama elige a sus musas tocándolas delicadamente con su collar de liras- Me dijo.
En otro tiempo, yo era de mi soberana su ahijada favorita, pero hoy me margina por celos de ti, habitante único de un reino mayor que el suyo; o más bien, porque en las horas de los matices yertos te dibujo y desdibujo sin entender cuál es tu universo.
¿De qué lejano cosmos vienes?
Mis humanos astros intentan adivinar por qué los tuyos tienen esa espontánea gravedad que me atrae.
Me encantan los parques, te decía, para conversar con la aflicción que da de comer a las palomas, buscar con veleidad entre los globos de colores la nostalgia, mientras la inocencia juega conmigo a las escondidas. Sentada en un níveo vergel de abandonos veo el ocaso del suplente de tu presencia, me hereda los pigmentos parcos para dibujarme con mi último aliento, sospecho, renaceré desdibujándome en la alborada de tus cuerpos celestes, fresca gravedad que atrae mis sombras de inspiración desde tu parque.
Me encantan los parques. Aquí, te pienso, me pienso, nos re-creamos.