Otra curiosidad sobre comportamiento en la mesa, a petición de Nicole:
DE LOS MODALES EN LA MESA DE MI SEÑOR LUDOVICO Y SUS INVITADOS
La costumbre de mi señor Ludovico de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre el lomo de las bestias, se me antoja impropia del tiempo y la época en que vivimos. Además, cuando se recogen las bestias tras el banquete y se llevan al lavadero, su hedor impregna las demás ropas con las que se los lava.
Tampoco apruebo la costumbre de mi señor de limpiar su cuchillo en los faldones de sus vecinos de mesa. ¿Por que no puede, como las demás personas de su corte, limpiarlo en el mantel dispuesto con ese propósito?
Ya véis, si el anfitrión era así, no me extraña que los invitados fueran incluso peores.
Besos