"Una noche soñé algo precioso
que las imágenes del día hicieron desaparecer.
Desée que llegara de nuevo la noche
para envolverme en sus sueños.
Transcurrió y ...
no sucedió nada.
En la siguiente noche
antes de quedarme dormido
intenté recordar aquel sueño.
Tampoco pude.
Un día viviendo observé maravillas.
Una noche dormí abrazado en esos sucesos.
Un día me di cuenta que los sueños podían ser realidad".
Aitor San José.