Desde tu que tu ausencia colmó mis esquinas;
nada es como antes; nisiquiera yo mismo.
Roto, falto de aliento, exahusto me siento.
La calma aparente tras el golpe hiriente,
Desnudo, sombrío, de la ilusión desprendido.
En tierra de nadie, con corazón de cobarde.
Cada una de estas cosas caben tras tu presencia,
cuando escapabas de mis noches por inercia.
Y al despertar en lo más oscuro de mi mismo,
el dolor que siento me dice que sigo vivo.