La belleza externa de las cosas es fugaz.
No prefieras lo pasajero a lo eterno,
la belleza a la sabiduría.
Las cosas duraderas,
todo aquello que perdura en el tiempo,
en los sentimientos y en los pensamientos,
tienen una sólida base en su esencia
que les permite expresarse con fuerza
y dejar su mensaje grabado
en el espíritu de los demás.
La belleza en las ideas y en el alma
perduran mucho más que la belleza del cuerpo.
La primera es profunda y puede ser eterna
mientras que la otra es superficial y temporal.
Cultivemos nuestra esencia
para poder despertar
sentimientos duraderos en
personas bellas en su interior,
y formar una conjunción espiritual
que nos eleve más y más...