<BLOCKQUOTE id=quote><font size=1 face="Verdana, Arial, Helvetica" id=quote>quote:<hr height=1 noshade id=quote>teoría queer?
No tengo ni idea Andrea... me/nos cuentas? porfi...<img src=icon_smile_question.gif border=0 align=middle><hr height=1 noshade id=quote></BLOCKQUOTE id=quote></font id=quote><font face="Verdana, Arial, Helvetica" size=2 id=quote>Te refrescaré la memoria, Ziggy, con algo que escribí en estos foros este mismo mes:
<i><b>"Estás refiriéndote precisamente a lo que defiende la teoría queer que se desarrolló en los 90 a partir de textos de Michel Foucault y Monique Wittig, y que supuso una contestación activa a los estamentos oficiales del movimiento GLBT, que se había aburguesado, y parecía que lo constituían solamente hombres homosexuales, blancos, de clase media alta, sanos y super divinos. Todos iguales.
Todo lo demás, lesbianas, transexuales, drags (de ambos tipos), transgéneros y travestis, bisexuales, mariquitas plumeras, seropositivos, leathers, etc; no parecían contar ni importar mucho. Casi parecía que no existiesen. Y eso se iba notando en cómo sus aspiraciones y reivindicaciones iban quedando relegadas ante las del grupo dominante.
A España llegó tarde, pues en los 90 no dejó de ser algo ultra-radical y marginal, hábilmente silenciado por el establishment oficialista gay, que no quería renunciar a su posición de privilegio. Hoy en día se estudia a nivel académico y se teoriza al respecto (y mucho), pero no ha tenido una implantación suficiente como para poner en peligro al poder constituído en los colectivos GLBT.
Básicamente lo que la teoría queer defiende es una sublimación de la diversidad, sin ceñirse a normas establecidas, huyendo de clasificaciones y calificaciones y admitiendo, por tanto, cualquier manifestación de género y de identidad sexual, que incluso no debe ser esencial y estanco, sino un contínuo mutable."</b></i>
Sabiendo que adoleces de una irresistible curiosidad, me imagino que ya estarás buscando en Google referencia a Foucault y Wittig. Encontrarás muchas, porque aquello que en los 80 era una extravagancia, y en los 90 un modo de protesta, hoy se ha convertido en un ejercicio académico cuya utilidad es alimentar a muchos sociólogos, que se empeñan en teorizar y retorcer el tema, escribir sobre ello, dar cientos de conferencias (no exagero).
Es más o menos como lo de los <i>"famosillos"</i> y los <i>"periodistas"</i> del corazón; es decir, una entelequia que se justifica a sí misma y que a la vez es motivo y consecuencia.
En cuanto a la propuesta de discusión que haces, me mojaré y opinaré que creo firmemente en que sólo hay dos géneros.
Obviamente, el caso transexual es el de la pertenencia a un género diferente del asignado, pero pertenencia al fin y al cabo a dicho género.
Cuando se habla de <i>"estados intermedios"</i> en quien ha pasado por procesos quirúrgicos es porque se intenta justificar la duda, el arrepentimiento tras una decisión equivocada, o que las cosas no son como parecían; muy probablemente es una evidencia de que hubo una parafilia no diagnosticada.
En cambio, esa misma justificación como excusa para no iniciar una transición <b>completa</b>, con todas las consecuencias (al margen de la reasignación, que no es algo relevante para este tema), me suena a que no se ha percibido la <b>irresisitible</b> necesidad que acompaña a la disforia; y si eso no ocurre, dudo que lo sea.
Naturalmente habría mucho que decir sobre el tema, mucho que matizar, y mucho que discutir, pero si hay que romper el hielo, es una forma de hacerlo <i>mojándome</i> con una opinión clara.
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