Gracias Carla por publicar mi carta y por demostrar, una vez más, la valentía y la coherencia que te caracterizan; fue emotiva tu participación a este respecto en la entrega de los premios "látigo y pluma".
Estoy seguro de que somos much@s los que compartimos el sentimiento y la reivindicación de promover el cambio de la lápida que sella la tumba de Roberto, pero hay que continuar haciendo llegar, a cuantas más personas mejor, la injusticia que se está cometiendo con nuestro compañero. Su transexualidad era manifiesta: se identificaba como Roberto y había iniciado su proceso hormonal. Quizás es nuestra la responsabilidad moral de conseguir que se le restituya el derecho a que se respete su voluntad.
LA INSCRIPCIÓN QUE FIGURA EN LA LÁPIDA DE ROBERTO ES LEGAL, PERO NO ES LEGÍTIMA. En eso radica su injusticia.