Doblemente mi enhorabuena, Aitor.
Porque no te has doblegado, te has crecido, has aguantado viento y marea y has conseguido tu meta.
Pero también con esa lucha personal tuya, que todos hemos seguido paso a paso, has enseñado a muchos, que cuando alguien tiene un sueño y pone todo su empeño en el, al final lo consigue. Aparte que has abierto una puerta para futuros chicos, que como tu, quieren hacer del ejercito su profesión.
Un abrazo,
Jean-Claude