El fin del mundo y de nuestra civilización está de moda. Aquí una con Denzel Washington como el portador de un libro que será la última esperanza para salvar la humanidad y un Gary Oldman en el papel, que mejor sabe hacer, el de malo malísimo y retorcido.
Por lo demás, una película tipo Mad Max, sin Mel Gibson pero igual repleta de violencia gratuita. Y cuando sepas al final de la peli de que libro se trata, ya os podéis imaginar que aun me gusto menos.
No llega ni a la suela del zapato en calidad, contenido e interpretación de la otra apocalíptica, que vimos hace unas semanas, La Carretera con Viggo Mortensen.
Jean-Claude