Explota el poder de las caricias

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Explota el poder de las caricias

Notapor yoli_z » Mié, 04 Jul 2007, 18:52

Existen caricias que causan ternura. Otras consuelan y las hay que animan. Algunas son muestras de amistad y muchas desatan el deseo y la pasión. Pero todas ellas forman parte de un lenguaje íntimo que nos ayuda a expresar nuestros sentimientos. Una forma de comunicación al alcance de nuestras manos.

Acariciar y ser acariciado no es sólo un inmenso placer sino también una necesidad para nuestro equilibrio emocional. Un código de comunicación más rico y sofisticado que las propias palabras.
Pero, cada vez nos alejamos más del contacto físico. La comunicación táctil es una de las que menos se prodigan, a pesar de ser el mejor vehículo para crear bienestar entre dos personas, para reforzar la palabra que a veces se queda un poco huérfana. Y es que en la caricia, instinto arcaico, convive lo animal y lo humano, por ser la piel receptor de sensaciones.

Pero las caricias no sólo se enmarcan en el ámbito social, también son claves para no cometer errores en el intercambio sexual. La forma en que nos toca nuestra pareja, nos roza la cara o nos coge la mano, son un código íntimo sólo descifrable entre dos.

¿Por qué es tan importante acariciar y ser acariciado?

líquidos, también necesita del afecto para sobrevivir. Somos seres sociales por naturaleza y sin contacto físico podemos enfermar e incluso morir. Estudios científicos del siglo XX aportados por los doctores Chapín, Banning, Spitz y Bowlby, entre otros, así lo ratifican. Estos especialistas han demostrado, con años de rigurosa investigación, que la falta de caricias puede provocar retraso en el desarrollo psicológico y una degeneración física capaz de acabar en un desenlace fatal, a pesar de tener el alimento e higiene necesarios para asegurar la supervivencia. Desde el punto de vista psicológico, los especialistas también han constatado que quienes durante su infancia no sintieron el contacto de una caricia son más proclives a mostrar dificultades para dar o recibir afecto y expresar su emotividad. Son los que habitualmente reciben el calificativo de personas ‘frías’, que consideran el contacto físico con los demás como algo ‘sucio’.

Esta incapacidad para ‘tocar’ y ser ‘tocado’ conlleva problemas en la comunicación y en la gestión de la agresividad. Estar con el ánimo bajo, triste e irritable, pueden ser síntomas de que alguien se encuentra ‘desacariciado’. Porque acariciar estimula las endorfinas que nos hacen llevaderas el dolor y conducen al bienestar. El mejor medicamento para paliar el estrés y la ansiedad.


La caricia como canal de comunicación en la pareja

Las caricias en una pareja no siempre tienen connotaciones sexuales. Es uno de los mejores canales de comunicación que existen y hay que explotarlo porque, en ocasiones, se hace más fácil demostrar el amor con una caricia, que con las palabras.

Psicológicamente hablando, el término ‘caricia’ no lleva implícito el contacto cuerpo a cuerpo. Existen muchas clases de caricias que se pueden manifestar de forma física (un abrazo, una palmada, un roce), de forma verbal (una palabra bonita o un tono de voz amigable) o de forma no verbal (una sonrisa, un guiño de ojos, una mirada profunda). Toma nota.

·Caricias reparadoras.En pelo, rostro, nuca, manos, cuello, espalda… En forma de roce, abrazo, masaje… Todo sin segundas intenciones, sólo para demostrar un sentimiento, una proximidad, una estabilidad emocional. Un contacto físico muy positivo y extremadamente agradable cuando se recibe de la pareja.
·Caricias para los oídos.En psicoterapia se habla de caricias auditivas. Piropos o palabras capaces de agradar cuerpo y mente, de besar, abrazar, envolver, sanar. Un buen complemento para las caricias manuales, ya que las caricias del alma son tan importantes como las del cuerpo.
·Caricias visuales.Mirar a alguien con amor también es una forma de acariciar. La mirada del otro suele ser uno de los puntos más seductores en la pareja, puesto que es difícil engañar con los ojos. Su poder reforzará la relación o, muy al contrario, provocará el desengaño amoroso.

Frente a la comunicación a distancia que la tecnología nos ha impuesto hoy en día a través de Internet o el teléfono móvil, las caricias pueden ser un revulsivo contra una sociedad cada vez más estresada que lanza gritos sordos y desesperados solicitando contacto físico, ideal ‘sesentero’ en pleno siglo XXI. La vuelta a las raíces de las relaciones humanas para luchar contra la depresión, el mal humor, la angustia y la tristeza.

La caricia como preliminar
Cuando nos referimos al juego amoroso, las caricias abren las puertas a la exploración de los cuerpos. El vello se eriza, surgen escalofríos y la emoción se despliega, lo que lleva a la excitación. El sentirnos amados y deseados asegura el éxito de la relación.

Es la exploración de los cuerpos, intercambios de caricias que descubren puntos de placer en la piel de la pareja, sin temor y sin prisa por llegar al acto sexual. Un gesto dulce y satisfactorio que descubren un mundo de sensaciones en el que sumergirse. Es el ritual amoroso.

Pero, ¿cuáles son las zonas más receptivas?, ¿cómo procurar placer a través de las caricias?, ¿cómo abandonarse cuando nos las proporcionan?, ¿cuáles son las caricias más sugerentes?, ¿y las infalibles?

Acariciar es un arte que no se aprende de la noche al día. La piel está compuesta de infinidad de puntos sensibles que deben ser descubiertos poco a poco.

Uno de los grandes errores de la sexualidad es concentrar las caricias únicamente en las zonas erógenas. Esto convierte al acto en algo triste, vacío y pobre. Bien es sabido que el cuerpo de la mujer necesita una estimulación física y emocional variada y diversa para conseguir un nivel de excitación adecuado. Cuanto más tiempo se dedique a la estimulación propia y de la pareja, tanto más placentera será esa relación y más intensamente se vivirá el orgasmo.

El número de caricias que se pueden realizar es directamente proporcional a la imaginación del que acaricia. Orejas, cuello, boca, nariz, mejillas, pecho, espalda, costados, vientre, muslos, ombligo y pies, son zonas altamente erógenas. Los labios, lengua y manos te ayudarán a recorrer todas las partes de su cuerpo. Pequeños mordiscos, palmaditas delicadas o pellizcos suaves constituyen otras formas de acariciar.

Existe un término anglosajón que reúne muy bien este abanico de juegos sexuales: el ‘petting’, que un sentido amplio alude al intercambio de muestras de afecto, en una especie de juego amoroso y placentero, en el que todo está permitido, excepto el coito.

Caricias sexuales
Cuando el nivel de excitación ha alcanzado el grado máximo en la pareja, es el momento de concentrarse en las zonas sexuales. Entonces surgen preguntas como ¿por dónde empezar?, ¿dónde le gusta más?, ¿con qué se puede acariciar?, ¿existe algún truco que le vuelva loco?

· ¿Por dónde empezar?Toda la zona que rodea el sexo masculino es altamente sensible: el interior de los muslos, los glúteos y la parte inferior del vientre. Éstas pueden ser buenas zonas por las que empezar, así crearás una expectativa muy excitante. Pero estos preámbulos no han de durar demasiado porque la espera podría ser tan insoportable que crearía el efecto contrario al buscado.
·¿Qué zona del sexo es la más sensible a las caricias?El frenillo del glande es la zona más reactiva al placer en el hombre. También la corona, el glande, el tronco, los testículos y la zona que rodea al ano. Cada uno tiene sus preferencias por eso hay que averiguar qué es lo que le gusta más a nuestra pareja, a través de la comunicación y la experimentación.
· ¿Con qué intensidad y ritmo? Depende de los gustos, pero hay una norma general que dice que cuanta más sensibilidad se tenga en un punto, mayor suavidad se ha de aplicar. Lo mismo ocurre con el ritmo de las caricias. No siempre una velocidad alta es sinónimo de mayor placer. Déjate guiar por sus reacciones y dile que te enseñe cómo le gusta. El resto es cuestión de práctica.
·¿Qué parte del cuerpo se puede utilizar para acariciar? Fundamentalmente tus manos. Pero puedes probar a acariciar con otras partes muy sensuales que, aunque no sean tan hábiles, pueden resultar más excitantes. Senos, pies, labios o boca, también puede procurar un placer intenso.
·¿Algún truco para potenciar la excitación? Potenciarás el efecto de acariciar su cuerpo si lo acompañas con las caricias de la mente: las palabras. Dile lo mucho que atrae, que le deseas, demuéstrale todo el placer que él te da, pregúntale si le gusta lo que le haces y qué más quiere de ti…Díselo despacio, rápido, fuerte o suave, según el momento. Descubrirás el efecto afrodisíaco de las palabras.
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