Casi seguro que soy uno más y podría comenzar con eso de "soy un chico que busca una chica transexual para mantener una hermosa amistad". Vista la respuesta general a ese encabezamiento, creo que voy a prescindir de la reiterada fórmula. No obstante, amigas todas, no puedo dejar de haceros llegar una tímida queja por el tratamiento con que habitualmente somos recibidos, así que jugaré un poco a ser el "abogado del diablo".
Hace ya muchos años que navego, "espío", estas procelosas aguas del océano transexual de INTERNET. En realidad acceder al mismo fue lo que me llevó a comprar mi primer modem allá por los años 1993 o 94. Mis primeros contactos fueron la página de Caty Rogers y de Lisa Moore; luego vinieros las de Yolanda Abril, Inma, Rojana y Olga C; después los inicios del chat de "transgresion" y el de "tvmex". Ni tengo por qué ni quiero negarlo, he consumido un buen número de bytes de pornografia transexual y travesti y he puesto y respondido a contactos con transexuales y travestis, con escasa más bien nula fortuna. Sin embargo, también he pasado un buen número de horas leyendo páginas como ésta, de las denominadas "serias".
Tomadas una a una cada una de esas aficiones podría llevar a calificarme como un "pervertido sexual que practica el onanismo", un "fetichista de la ropa interior femenina", un "gay no salido del armario", un "tierno y comprensivo admirador de las transexuales", un "travesti reprimido" o incluso "uno de esos que vienen a pillar". Sin embargo, prefiero prescindir de interpretaciones tan simplistas, seguro que en realidad soy todas esas cosas juntas, unas en mayor medida que otras, y para mayor confusión la proporción entre cada una de ellas varía de día a día, incluso de hora a hora.
¿Quiénes somos nosotros?, por abreviar vamos a autodenominarnos “admiradores de las transexuales”. Dice PaulSanta que todos cortaditos por la misma tijera, quizás… Sin embargo del mismo modo que desde las CDs a las Transexuales hay todo un amplio abanico de identidades sexuales, también entre nosotros se produce un gradiente de cambio que hace odiosas algunas clasificaciones. En mi caso, por ejemplo, debo reconocer que estoy obsesionado con el tema de la transexualidad. Adoro, admiro y quiero a las que alguien en este foro ha denominado esas “chicas especiales”. Sin embargo, también es verdad que me siento sexualmente atraído por vosotras y que me gustaría el contacto, el ligue o como queramos llamarlo. ¿Me convierte eso en un ser perverso? ¿En alguien de quién se debe desconfiar porque sólo busca “pillar”?. Yo, nosotros, también llevamos nuestra cruz, más pequeña que la vuestra no me cabe duda, hasta el punto de que la mera comparación resulta casi insultante. Sin embargo, puesto que es la nuestra es la que nos pesa. Ni la sociedad ni mi particular entorno están preparados para asimilar sin traumas que el objeto de mi atracción sexual, en mi caso en exclusiva, sean las transexuales. Y cuando hablamos del objeto de atracción sexual estamos hablando por supuesto de la vida en pareja, pues ésta es imposible o un fraude si no se da la atracción. Estamos amigas en el mismo bando, pues en el momento en que la sociedad asimile la transexualidad como una opción más de la identidad de género asimilará comportamientos como el mío. Sólo cuando la transexualidad sea una peculiaridad más de la compleja naturaleza de una persona yo podré manifestar libremente que mis deseos sexuales o mi amor se han dirigido hacia una chica transexual.
Olga C. siempre hace la misma pregunta y nunca le contestan “¿qué tenemos exteriormente las mujeres trans que no tengan las biológicas?”. En mi caso adoro la feminidad, la forma de comportarse de las mujeres, su forma de ser, su sensibilidad, su forma de caminar, de sentarse, de mirarse en el espejo, de vestir, etc. Sin embargo, esa admiración o ese objeto de culto o esa atracción sexual se dirige solo a las transexuales, cuanto más femeninas mejor. Si “cuanto más femeninas mejor ¿por qué no te gustan las mujeres?”, me preguntaron un día en un chat. Se me ocurren varias razones. Las transexuales son conscientes de su propia feminidad, la sienten cada minuto de su vida, la trabajan y la multiplican, cuando quizás las mujeres biológicas la olviden en algunos momentos. La feminidad de las transexuales es por tanto consciente y un producto quintaesenciado. Quizás sea eso o quizás que en mi interior se esconda una cierta envidia, pues en mi adolescencia yo también tuve pequeñas experiencias de travestismo ya olvidadas. O quizás sea que en mi subconsciente soy un homosexual que prefiere esconder sus preferencias incluso a su mismo. Que más da, en realidad uno no necesita justificar las razones por las que es de una determinada forma, mis sentimientos son esos y punto. Si es hormonal, genético, fruto de la educación o una simple opción no tiene porque importar. Hay una larga línea que va desde el que es genética, hormonal y culturalmente varón a la que es genética, hormonal y culturalmente mujer. Es una línea llena de ramificaciones y en algún punto estoy yo, sin saber ni que me importen cuales son las razones para mi ubicación.
En mi caso, las transexuales pierden su atractivo cuando se operan. Valdría, por tanto, la respuesta que sugiere Andrea Glass cuando en este mismo foro dice a otro, espero que más desafortunado que yo, admirador: “Está claro por donde vas. No te seducimos como mujeres, sino como transexuales. Y no hay que hilar muy fino para saber porqué”. Daré por supuesto que una mujer inteligente dice eso en tono de broma, pues de ahí a decir “a ti lo que te pasa es que te gustan las p… porque eres un m…” hay muy poca distancia. No obstante, también esa puede ser una explicación válida. A lo mejor es simplemente que me gustan las mujeres con pene y yo que sé. Pero, en cualquier caso, ¿Me hace eso un pervertido? La línea es larga, tan larga que he comprobado que buena parte de las chicas transexuales prefieren mantener relaciones con otras chicas transexuales. Mujeres que nacen aparentemente como hombres, luchan por ser mujeres y se enamoran de otras mujeres que siguieron el mismo camino. Hombres que adoramos la feminidad pero solo cuando se trata de feminidad transexual. En una línea tan larga ¿por qué no caben los que sólo algunos días se sienten atraídos por las transexuales?
Si volvieran a nacer muchos hombres querrían ser mujeres, muchas mujeres querrían ser hombres, yo querría ser transexual. Hoy por hoy soy hombre y me siento a gusto como hombre, pero no me gustan los hombres ni me gustan las mujeres, sólo las transexuales. Cuando voy por la calle y veo una chica muy femenina, la miro y sueño con que es una transexual. Ni se ni me importa el porque. Lo único que siento es haya tan pocas transexuales y tantas sean “trabianas”. Lo reconozco me gustaría “pillar” algo más ¿Es malo eso?
Un beso para todas y perdonad lo extenso del tostón