Saludos,
Este tema lo abordo con especial interés y satisfacción ya que a mí, como veo que a otros, le gustaría ser padre más que nada en el mundo algún día.
He visto opiniones acerca de la adopción, pero (y sin menospreciar ese aspecto) para mi gusto prefiero la inseminación atificial. Me explico... Mi novia y yo, juntos desde hace ya más de 5 añitos, hemos hablado y seguimos haciéndolo acerca del tema de tener hijos llegado el momento. Tanto ella como yo queremos y estamos muy ilusionados con la idea. Como es obvio, mis genes no podrán estar presentes en el proceso, pero los de ella sí y, como comenta un compañero, para mí eso es lo "esencial".
También es cierta una cosa, no sé si a alguien más le habrá pasado o le sigue pasando, y es que... a ratos, no siempre, me sobreviene una sensación muy extraña al pensar que, al final, esos hijos serán "más suyos que míos" (lo expreso a lo bruto para que se me entienda). Lógicamente asumo y defiendo el hecho de que, sea con o sin mis genes, los hijos que mi novia y yo tengamos serán de los dos POR IGUAL, pues a fin de cuentas uno no es padre/madre por el mero hecho de la aportación genética, sino por la labor que uno ejerce como tal a la hora de educarlos, cuidarlos y darles todo lo que necesiten. Peeeeero... supongo que esa sensación que me invade es por la rabia que muchos debemos de sentir al pensar: "Hay que jode_ _ _, con lo fácil que lo puede tener el resto de personas yo voy y tengo que hacer cabriolas para algo tan sencillo como es tener un hijo". Y supongo que si a eso le sumas el hecho de que no hay ni un resquicio de posibilidades de que se te parezca aunque sea en el lunar de la rodilla... pues... a veces entristece. Pero vamos, al final siempre llego a la misma conclusión: hay un montón de gente que, siendo hombres/mujeres biológicos que no han tenido que pasar por lo nuestro, tampoco pueden tener hijos de forma natural y en cambio disfrutan del aconteciemitnos en sí a través de soluciones como las que nosotros y nuestras parejas tienen que adoptar (inseminación, adopción, etc.). Eso, sumado a la felicidad y alegría que me hará saber que voy a ser padre y ver que pasados unos meses lo soy por tener a mi hijo conmigo, restan, al final, importancia al hecho de que lleve mis genes o no
Un abrazo,
Daniel