Saludos para tod@s en los foros
Durante toda mi niñez y adolescencia pensé que mi caso debía ser excepcional, ahora pienso que tal vez es uno más como el de miles. Siempre he creido con bastante certeza que llevo por dentro una mujer, pero como la naturaleza humana a veces nos hace callar las voces internas, me he resignado a llevar una vida social masculina. Hace casi diez años decidí unirme en matrimonio por amor y como último recurso para tratar de convencerme de que mis instintos de siempre podrían desaparecer, claro, a ella al principio no le dije nada sobre esta faceta de mi personalidad, pero al año de vivir juntos me abrí totalmente. Ella aceptó sin mayores complicaciones y hasta ahora he podido vivir mi faceta femenina dentro de casa.
Sin embargo, hoy tengo mucha presión por su parte para concebir un hijo y le doy la razón. Por mi parte me siento entre la espada y la pared. El traer una criatura al mundo terminará con mi afición por las prendas femeninas? Debo resignarme a no poder hacer lo que más me gusta? Puedo continuar con mi vida femenina en casa con un hijo? Qué va a pasar cuando crezca?
Si alguien ha pasado por esto y puede darme su consejo, lo agradeceré mucho.
Carla