Amiga y amante - Mi sueño dorado

[jorgelinadoyhenar]

Cuándo nos ponemos la piel de mujer comenzamos a imaginar las más variadas fantasías, diversas situaciones que nuestro lado femenino desearía vivir.
Esas fantasías en las que podemos alcanzar el máximo nivel de femineidad, y disfrutar de todo aquello que nos gusta, llenarían una larga lista. En ese aspecto somos muy imaginativas, sin duda.
Una de las más tiernas experiencias que la mayoría de las heterosexuales consideramos nuestro sueño dorado, es la de que nuestra pareja mujer con la que vivimos una relación sentimental, conozca nuestro lado femenino y lo acepte con naturalidad.
Tener una amiga y a la vez una amante, alguien con quien compartir nuestras horas, que guste de nuestro lado femenino, que nos ayude a vernos lindas, y que nos acepte y nos quiera como somos, sin importar que ropa llevemos puesta. Ese es nuestro mayor anhelo.
Yo fantaseo con una romántica escena en la que estoy sentada frente al espejo, mientras mi pareja me maquilla con gran dedicación, peina prolijamente mi peluca, elige cuidadosamente mi vestido, mis zapatos, y poco a poco me convierte en mujer. Luego nuestras boquitas pintadas se unen en un tierno beso, y pasamos el día juntas haciendo las tareas de la casa, viendo telenovelas y charlando de esas cosas de las que solo las mujeres hablan.
Yo nunca pude –hasta ahora- vivir ésa experiencia, pero si una escena tan dulce y tan tierna se hiciera realidad ante mi, siendo mi lado femenino tan sensible como es, yo creo que me desmayo.
Por lo que se sabe, muy pocas de nosotras han sido bendecidas con la suerte de tener una novia o esposa que sea tolerante, y además participe activamente en nuestro proceso de feminización.
Creo que si la mujer en cuestión es inteligente y de criterio amplio, probablemente llegará a comprender que un hombre con un lado femenino puede ser mucho más cariñoso, comprensivo, demostrativo y mejor pareja que el tipico varón machista.
Si lo sabe apreciar, tendrá dentro de una misma persona a una pareja y a una amiga; en éste sentido son muy importantes los sentimientos: si hay amor, hay comprensión y tolerancia, y ambos estarán muy unidos más allá de todo.
En el terreno de la sexualidad, ésta dualidad característica de nuestra personalidad abre nuevos horizontes.
Si somos capaces de hacerle el amor como se debe a nuestra pareja en nuestro rol masculino; lo haremos aún mejor cuándo nuestro lado femenino sea el predominante, es decir, le haremos sentir que es amada por una mujer.
Como sabemos si esto le gustará realmente a nuestra compañera?
Es cuestión de hablarlo, el diálogo es muy importante en una relación.
Lo cierto es que la posibilidad de tener una relación íntima con alguien de su mismo sexo, es una fantasía bastante común entre las integrantes del bello sexo, aunque muchas no quieran reconocerlo. Casi siempre existe la culpa y el temor a la homosexualidad, y por eso quien experimenta esos sentimientos y deseos ocultos trata al comienzo de reprimirlos.
Sin detenernos a hacer un análisis de las variadas razones que llevan a una fémina a desear tener intimidad con un ser de su mismo género; una de esas razones bien podría ser que se siente mucho mejor tratada por una igual, que por un varón.
El sexo masculino –salvo honrosas excepciones- se caracteriza por exhibir en las relaciones íntimas una actitud egoista, concentrándose en su propio placer, y descuidando el de su pareja. No pocas son las quejas que se conocen en tal sentido.
“Nadie mejor que una mujer, sabe lo que necesita una mujer”.
Esta conocida frase, esgrimida muchas veces como uno de los fundamentos que explican la existencia del amor entre mujeres, es la que mejor resume ésta cuestión.
Nuestro lado femenino nos brinda una sensibilidad especial, que hace que podamos comprender mejor el hecho de que la fisiología, los estímulos, las sensaciones y los tiempos del placer sexual de una mujer son muy diferentes a los de un varón.
Además de ello, nos interesa mucho todo lo que tiene que ver con la vida de las mujeres, las observamos, las estudiamos, las imitamos, y hacemos todo lo posible por comprenderlas, por ponernos en su piel y tratar de sentir lo que ellas sienten.
Que podamos lograr la satisfacción plena de nuestra pareja, depende de que nos olvidemos un poco de nosotras mismas para concentrarnos totalmente en ella; de que observemos sus reacciones a nuestros estímulos, de que trazemos un mapa mental de sus centros de mayor placer, y por sobre todas las cosas, de que amemos profundamente a ese maravilloso ser que gime y suspira en nuestros brazos.
Sin dudarlo, debemos entregarnos totalmente a ella.
Entonces nuestra pareja podrá disfrutar de los besos y caricias que la llevarán al máximo nivel de goce, sin ningún sentimiento de culpa porque en realidad no está con una mujer, aunque las sensaciones que experimente sean muy similares a las que sentiría en tales circunstancias. De una manera indirecta, estará haciendo realidad quizás, una de sus propias fantasías.
Lo que se plantea aquí es la posibilidad de que las relaciones íntimas de pareja, entre una mujer y una de nosotras, puedan encararse desde otro ángulo diferente; tal vez una interesante variante que nos lleve más allá del sexo convencional, y logre que ambos disfrutemos mucho más de los momentos de intimidad.
Como hacer para poder conocer a una mujer que sea tolerante con nuestro lado femenino, y poder entablar con ella una relación?
Esto no es fácil desde luego, y como en otros órdenes de la vida es cuestión de suerte.
A mi me sucedió lo que a muchas otras. Siempre que comenzaba una relación –estando con mi piel de varón- sondeaba a mi pareja para saber su opinión acerca de los hombres que se visten de mujer, y veía hasta que punto ella podría ser tolerante si yo le confesaba mi particular inclinación.
En algunos casos ni siquiera valía la pena intentarlo, y en otros en los cuales me confesé, las cosas no terminaron bien. A veces la relación se cortaba abruptamente, ó podía durar un tiempo en el que Jorge intentaba hacer entrar en escena poco a poco a Jorgelina, para que finalmente fuera aceptada, pero la reacción era siempre de rechazo, acompañada de una serie de intentos para borrar a Jorgelina del mapa.
A veces en la intimidad, y estando total o parcialmente vestida de mujer, el acto sexual se interrumpía abruptamente, y mi pareja manifestaba con aire molesto: “Siento que estoy con una mujer y no con un hombre”.
Dichas en otro contexto, esas palabras podrían considerarse un alago, pero en realidad presagiaban el inminente final de la relación.
Es obvio que yo no tuve suerte, pero también podría decirse que he estado encarando el problema desde el ángulo equivocado. Al relacionarnos con una mujer que nos guste, la clave está en que desde un primer momento ella sepa todo acerca de nuestra dualidad.
Por ejemplo:
Recorramos tiendas y seamos atrevidas en más de un sentido, es decir, busquemos una vendedora mujer que nos guste y pidámosle ayuda. Por ejemplo: en una perfumería confesémosle abiertamente -pero con respeto- que queremos comprar una base de maquillaje y un lapiz labial para nosotras, y pidámosle ayuda, que nos aconseje y hasta puede que nos haga pasar a un gabinete para hacernos una demostración. Contémosle que vamos a ir a una reunión de "cross" y que por tanto debemos estar presentables, veamos si hace alguna pregunta ó se muestra interesada. Preguntémosle su nombre, obsequiemosle algún alago acerca de lo bonita que es, ó lo bien vestida que está, hagamosla reir con alguna broma de buen gusto y despidámonos con un beso, agradeciéndole su ayuda.
Volvamos dias después con una caja de bombones, para agradecerle pues nuestro maquillaje fue un exito en la reunión, y a ella se lo debemos, e invitémosla a tomar un café a la salida de su trabajo, quien sabe.....si va, está interesada y ya sabe nuestro secreto, asi que de ahí puede salir algo bueno, o simplemente hagamos una amiga, lo que también es muy bueno para nosotras.
También podemos intentar algo a la inversa, es decir, si vamos a alguna fiesta o reunión en la que estemos en nuestra piel de mujer, acerquémonos a las mujeres, conversemos, seamos simpáticas, veamos si alguna nos mira con curiosidad, contestemos sus preguntas, despertemos su interés contando alguna de nuestras vivencias, que pasa cuándo vamos de compras por ejemplo.
Puede que al final tengamos algún número telefónico en nuestro bolsillo, puede ser una futura pareja ó simplemente una amiga más, sea lo que sea mientras venga de una mujer, bienvenido sea.
Por ello, ahora estoy dedicada a mejorar mi imagen femenina, para ir presentándola en sociedad. Si logro que Jorgelina despierte el interés de una mujer, sea heterosexual, bisexual o incluso lesbiana, Jorge entrará también en el juego y los tres seremos felices.
Pero y si no es así? si mi pareja solo quiere a Jorgelina?
Que hago? Me convierto para siempre en mujer?
No crean que la idea no me tienta, ayyyy que a veces me tienta!!
Pero….que hago con el pobre Jorge?

[Yessica7]

Se me ha cumplido tu sueño dorado, o por lo menos buena parte de el.
Con mi amiga-novia-amante disfrutamos plenamente del sexo y practicamos, por ahora entre nosotros, todos los juegos y fantasias sexuales posibles, ya que a la hora de inventar somos sumamente creativos, nos potenciamos mutuamente y no tenemos limites. Nuestra relacion es de total complicidad y con el correr del tiempo vamos descubriendo una total coincidencia en nuestros mas vergonzantes y ocultos deseos sexuales. A medida que nos exploramos mutuamente vamos descubriendo e inventando nuevos juegos, o sutiles variantes y nuevos matices para los actuales. Esta busqueda es interesantisima e infinita, ya que la combinación de variantes lo es.
Nuestro juego preferido es la de mi cambio de rol sexual. A ella la excita muchisimo vestirme de mujer, convirtiendome en una putita sumisa a la que ella coje como si fuera un travesti activo, o con quien tiene sexo lésbico feroz. Este juego nos pone a mil a ambos, nos encanta, no podemos ser mas complementarios!. Ademas ella fantasea mucho con verme vestido de puta tragandome una pija de verdad por el culo, y chupando otra. Creo que si me vé asi, tendra una sucesión de orgasmos sin siquiera tocarse. Es una fantasia recurrente que a mi tambien me excita, pero aún no me siento preparado para hacerla realidad. Veremos mas adelante.
A este juego le dedicamos horas, ya que lo disfrutamos desde que empezamos a elegir la ropa que vamos a usar, especialmente la mia. Normalmente ella se viste con un corsé, medias negras y zapatos de taco bien altos tambien negros, y se pone un arnes con un consolador de silicona de aspecto bastante real. Para mi tenemos una variedad de ropa bastante amplia, pero generalmente me viste de rojo o negro, con medias de red, portaligas, zapatos de taco, minipollerita de puntilla o red (que me tapa hasta la mitad del culo), tanga con puntillitas, corsé o corpiño al que rellenamos con bellon haciendome unas tetas tan grandes como las de ella, peluca (rubia larga o morocha corta), guantes de red, aros, collar, pulseras, y un vestido corto ajustado al cuerpo. Me maquilla pintandome los ojos y los labios de rojo fuerte, y algunas veces me ha puesto uñas postizas rojas.
A medida que me va vistiendo nos vamos calentando y no podemos evitar toqueteos y chupeteos furtivos.
En el espejo voy viendo mi transformación y por detrás mio, el rostro de ella que me mira plena de lujuria, deseosa de verme mas femenina aún. Si en ese momento ella tuviera una varita mágica, no dudaria en convertirme transitoriamente en mujer. Como esto no es posible, cuando termina de vestirme (ya ambos con una calentura feroz) me insta a que me comporte de la manera mas femenina posible, caminando, moviendome, hablando y actuando como una mujer, como una mujer muy puta.
A esta altura, yo estoy caliente como una brasa, pero mantengo una actitud pasiva, y ella ya loca de lujuria se descontrola y me empieza a manosear y besar todo el cuerpo, especialmente el culo, al que le dedica muchisimo tiempo (cosa que me encanta). Me hace poner en cuatro en la cama, con su lengua me corre la tirita de la tanga, y me chupa el agujero del culo con tanta avidez, devoción y dedicación que me produce un placer inconmensurable. Durante largo rato me pasa la lengua por el agujero como si fuera una pala, y cada tanto me mete la lengua lo mas adentro que puede haciendola como un tubito (esto me produce una sensación incomparable), alterna metiendo sus dedos bien dentro de mi culo, empezando con uno, luego dos, luego tres y hasta cuatro. Es increíble lo que ella disfruta esto, estaria horas haciendolo, le encanta mi culo, la lujuria la invade completamente, no deja de decirme puta, putita, putona mia, y obviamente a mi me vuelve loco de placer. Mientras, mi verga esta laxa (durante mi rol femenino generalmente no se para) pero chorreante de calentura y ella no puede evitar la tentación de chuparme la punta, saboreando el flujo preseminal que chorrea y compartiendolo conmigo con terribles besos de lengua.
Cuando considera que el agujero de mi culo esta bien dilatado y lubricado con su saliva, me pide que chupe la pija de goma que tiene puesta en su pelvis o en su mano, y yo con mucho gusto lo hago fantaseando que chupo una de verdad. A ella le gusta mucho penetrarme primero con la pija de goma que tiene en su mano, de manera que puede ver en primer plano y en detalle, como al apoyar la punta de la verga en mi agujero, éste se va abriendo mansamente, y como con una leve presión se va tragando lentamente toda la verga hasta el fondo, mientras yo gimo como una perra en celo, loco de placer. A ratos me pajea desde atrás y tengo que pedirle que se detenga para no acabar.
Espero que les haya gustado. Me gustaria contar con vuestra opinión, y si les interesa, puedo contarles mas detalles de nuestra relación e intercambiar impresiones y experiencias.