Querido Jean-Claude,
Encima de lo que dices, de diversidad de criterios (lo que demuestra que no hay una manera "objetiva", válida para todos, de tratar de la transexualidad, y por tanto no existen criterios científicos sobre ella), los criterios de las unidades son siempre autoritarios, es decir, funcionan como si fueran objetivos, y le dan al psicólogo un poder indebido sobre nuestras vidas. Poder que, por lo que acabamos de ver, además no se puede justificar por ningún pretexto de que quiera ser científico. No lo es.
Para más adelante, tendremos que luchar por la sustitución del actual régimen de autorización (el psicólogo te autoriza a seguir o no, según su criterio subjetivo), por un régimen de autonomía y consentimiento informado. Quiero decir que es lógico que la persona candidata deba seguir un período de información exhaustiva y de discusión sobre su historia, mediante conversaciones con un psicólogo, en el que quede claro que la decisión final va a ser de la persona candidata, que inmediatamente podrá ver al psicólogo como un consejero para resolver sus dudas y no como un juez. La decisión personal incluye el derecho a equivocarse, como corresponde a toda persona adulta.
En cuanto a dilaciones, te puedo decir que una amiga mía ha estado yendo siete años a una unidad para que le den permiso, soportando al principio que le hablaran en masculino, porque la psicóloga creía, subjetivamente, que no era transexual. Al cabo de siete años, reconoció que sí, lo que demuestra los grandísimos inconvenientes que tiene cualquier régimen fundado en la autorización de otra persona para nuestras decisiones personales. ¡Como si pudieran autorizarnos a casarnos con quien queramos!
Kim