Ya se que much@s me saltareis al cuello, pero creo que tengo la suficiente dialéctica para resistir el embate de la marejada y es un tema que me preocupa.
Veo a diario que nos ocupamos de nuestra condición casi como si esta fuera una nueva religión, pero no cualquier religión sino una plagada de fundamentalismos que relegan a un plano de inferioridad a cualquier expresión de la identidad de género que roce siquiera lo que vemos como el ideal de ella.
Sin embargo, yo creo que hay tantas expresiones de la transexualidad como transexuales hay en el mundo, cada quien con su particular modo de ver la realidad ajena y la propia. Quienes asi pensamos no vemos vulnerada nuestra integridad por ninguna conducta por desagradable que esta sea.
Sin lugar a dudas que hay sitios comunes que nos reunen incluso en estos foros, pero no sea que terminemos poniendo reglas restrictivas a las conductas de quienes son nuestras compañeras y compañeros de ruta en el difícil y a veces imposible camino de la vida de una persona transexual.
No haremos otra cosa que poner piedras y barricadas, por la sencilla razón de que no se nos confunda con aquello que más nos perturba, eso no es sano, como no es sano pretender que todo el mundo piense, sienta y actúe como yo lo hago.
Las personas transexuales tenemos múltiples problemas, entre ellos la inserción laboral es uno de los más acuciantes si no el mayor obstáculo, junto con el acceso a una educación digna y a los cuidados que la salud requiere para todo ser humano.
Nunca olvidemos que no todo el mundo trans ha tenido posibilidades de educación como quizás la hemos tenido aqui muchas, entre las que me incluyo, pues si olvidamos esta premisa básica y fundamental estaremos en imposibilidad de ayudar a desarrollarse a personas similares a nosotras, más no iguales, cuestión por demás evidente.
Casi que hemos creado dogmas de fe respecto de las vivencias, necesidades y sufrimientos, sobre todo de nuestras compañeras transexuales femeninas, operadas o no operadas, por hacerlo o que nunca lo harán, con pechos o sin ellos, con hormonas o asi "al natural", y se me ocurren infinitos ejemplos de diferencias que deberían unirnos más que distanciarnos cual secta de religiosos profesos.
Cada quien vive como puede, o como mejor le sale y casi nunca, salvo raras excepciones como "debe" o como quiere.
Os propongo que debatamos, pero que dejemos de clasificar maniqueamente a las personas trans.
Asi que menos dogma de fe transexual y más solidaridad con tod@s, pues much@s nos necesitan.
besitos